Superficialidad, parte de toda moda

Como han podido ver, todas mis entradas alaban o informan de la industria del perfume, pero nunca he criticado esta industria. Es necesario aclarar que decidí escribir sobre perfumes por que era el área menos superficial de la moda, pero luego de mantener una discusión con un amigo decidí que claro había una perspectiva que criticar y esa era su forma de vender el producto.

Las campañas publicitarias de las compañías de perfume han tomado como estrategia de mercadeo vender una imagen e idea de lo que representa el producto más que el producto en si. Se han enfocado en utilizar como herramienta del mercadeo la idea que sexo vende.

Las marcas mas reconocidas en la perfumería recurren a contratar celebridades de la farándula para que estos sean la imagen de su producto, dándole así un glamour extra para hacer una conexión o appeal con el consumidor final, y que este opte por una marca sobre otra. Son utilizados comúnmente los medios de comunicación masiva para alcanzar el mercado meta, comúnmente son bombardeados con imágenes eróticas o sexuales, pero sin llegar a ser vulgares, para lograr un fuerte posicionamiento de mercado

Pero me parece que las compañías de tan alto nivel y prestigio no deberían de recurrir a este tipo de publicidad, por el hecho que estas imágenes no solo son percibidas por el mercado meta sino por la gran mayoría de personas; niños, adolescentes y adultos. Estas imágenes llevan a los adolescentes a tratar de emular a estas celebridades en todos los aspectos llevándolos especialmente a las niñas adolescentes a la anorexia y la baja auto estima de muchos.

Como consecuencia de las estrategias de mercadeo que son ocupadas para vender sus perfumes estas grandes compañías crean una idea le crean la idea de un mundo mágico y de glamour a la gran mayoría de sus consumidores. Llevándolos a la superficialidad de la sociedad.

En mi vida he tenido la desdicha de poder ver esto en las sociedades latino americanas en las cuales las personas viven en condiciones limitadas, pero al mismo tiempo consumen productos que realísticamente están fuera de sus alcances. Como objetivo único de pretender apariencias y vivir en el mundo perfecto que el mercadeo vendido.